24 may 2010

POR QUÉ MENTIMOS



Dios nos creó para el bien, para la armonía, para la felicidad. Hoy quiero invitarlos a todos para que midamos el grado, la intensidad en la que vivimos estos dones, regalos de Dios; si no son una fortaleza en nuestra vida, nos debemos preguntar por qué.

Si nos colocamos ante la historia con ojos nuevos, con mirada crítica, objetiva, fortalecida, podemos comprobar que nos envuelve una humareda de mentira que nos está asfixiando y está vulnerando nuestra esencia de personas creadas para la libertad, para la felicidad.

Hoy se miente porque sí y porque no. La mentira es uno de los peores defectos del ser humano, sobre todo, la mentira dicha con el único fin de obtener beneficio personal en prejuicio del resto de las personas.

Sin pesimismo pero sí con Valentía miremos nuestro país.

Nuestro país goza de inmensas fortalezas, miles de personas hacen el bien, contribuyen al desarrollo, hacen propuestas creativas, son capaces de denunciar las injusticias y el pecado, buscando siempre sembrar y defender la verdad y por ello quienes blindan la mentira los quieren desaparecer. Es urgente que crezca el número de estas personas para que nos auxilien en este tremendo sismo de grados imperceptibles que nos hunde en el desconcierto, en la impotencia en la inconsciencia.

Sin pesimismo y si con gran valentía, sin decirnos mentiras, veamos nuestras instituciones gubernamentales, políticas, eclesiásticas, familiares, educativas, los grupos, entidades de servicios a las personas, las parejas, los amigos etc., etc., sin querer generalizar, si existen algunas personas poderosas que manejan la mentira con gran habilidad para favorecerse y favorecer a sus cercanos, para defender su puesto, su amistad, las prebendas recibidas y la ganancia que ello se deriva ya en ya en lo económico, en lo laboral, lo político, lo relacional en su fama.

Hay personas que justifican su afecto hacia la mentira, tratando de explicar que algunas son “piadosas” y se dicen con el fin de no perjudicar a los demás, sin embargo, la piedad, como una virtud humana, no puede estar justificada en la mentira.
Otros dicen que depende de la magnitud de la mentira, unas serán mentirillas y las otras mentiras grandes, sin embargo, la mentira es en su esencia inconmensurable y por lo tanto no tiene tamaño, ni puede ser medible, a pesar de que sus efectos conlleven daños o consecuencias leves o graves.

Estamos en su momento que en el argot popular se oyen “ya no creo, son puras mentiras”, mentiras de uno y otro lado; las campañas políticas son propicias para rendirle culto a ese dios que pervierte, que confunde.

¡No nos dejemos llevar por los cantos de las sirenas! Mantengámonos en una actitud alerta para distinguir las mentiras y las verdades de cada quien.

Tenemos al frente una realidad que debemos que afrontar con gran responsabilidad, me atrevo a decir los siguiente, debemos estar consientes de que hay quienes pueden engañar a mucha gente durante algún tiempo, o bien engañar a algunas gentes diariamente algún tiempo, o bien engañar a algunas gentes durante mucho tiempo, pero nunca podrán engañar a mucha gente durante mucho tiempo. Lo estamos comprobando sí o no?

Ayer Domingo, hemos celebrado solemnemente el día de Pentecostés, pidámosle al Señor que nos envié el Espíritu de Verdad, que aleje de nosotros al enemigo, nos dé la fuerza para construir la paz, que nuestras acciones y así evitaremos todo lo que nos causa mal.


Sor Hilda Aponte HC
Comisión Justicia Solidaridad y Paz

SEGUIDORES

z

Seguidores

Buscar este blog

DÍA DE LA VIDA CONSAGRADA

Bogotá, 2 de febrero de 2018 COMUNICADO DE LA CONFERENCIA DE RELIGIOSOS DE COLOMBIA  EN EL DÍA DE LA VIDA CONSAGRADA Queridos...