28 jun 2010

“No enfrenten al que les hace mal; al contrario, a quien te abofetea en la mejilla derecha, préstale también la otra” (Mt 6, 39)

Hace algunos meses aporté a este boletín un hecho de vivencia del Evangelio en una persona víctima del secuestro.

Hace poco vivimos nuevamente la alegría de las familias a las que regresaron sus seres queridos tras largos años de haber sido retenidas injustamente.

Es un testimonio definitivo para la vida de un cristiano el escuchar de labios de personas que han sufrido una tortura tan profunda y tan larga “Perdono a los responsables de este delito, quiero que ellos escuchen a Dios y así puedan vivir de la esperanza, fuerza que mantuvo a mi familia y a mí, porque Dios es quien da la vida y mantiene en el sufrimiento”

Cómo pudieron sobrevivir unos y otros en esta situación, si no es porque el Evangelio y la persona de Jesús, han penetrado en lo profundo de sus vidas?

Nuestros votos seguirán siendo al Señor, para que los demás secuestrados regresen a sus familias, para que todos nos solidaricemos con quienes más sufren y para que nuestro corazón siempre viva y exprese el perdón para todo el que nos ha ofendido.
Creemos firmemente que el Evangelio es Buena Noticia para los pobres, es esperanza para los que sufren las consecuencias de un sistema basado en la explotación humana. A su vez este mismo Evangelio resulta incómodo incluso subversivo , para quienes sostienen y rigen una sociedad injusta, competitiva y violenta.

Nuestro compromiso como religiosos tiene que ser radical, sin miedo, con decisión; los tiempos actuales nos urgen a que seamos claros en nuestras ideas, convicciones, exigencias evangélicas, conciencia social. Hoy más que ayer tenemos que ser verdaderos testigos de Jesús; el tiempo nos apremia a ello.


Sor Hilda Aponte
Hija de la Caridad.

15 jun 2010

La noticia de la liberación de los uniformados que estuvieron secuestrados por más de una década, llenó de alegría a Colombia entera. Se expresó además el repudio generalizado a la práctica detestable del secuestro.

Todas las expresiones de júbilo parecieron pocas, abrazos, cantos, flores y hurras que subrayaron el deseo común de no más secuestro, no más violencia y no más guerra.

La alegría y las lágrimas expresaban una sola emoción para el presidente, altos mandos militares, ministros, etc., al mismo tiempo que reanudaban sus deseos públicamente de seguir y acentuar la política de guerra.

Para el Gobierno y el candidato Juan Manuel Santos, es ciertamente un espaldarazo muy fuerte a la “seguridad democrática” y la urgencia de continuarla para asegurar la democracia en el país.

Para este candidato, cerrar su campaña el mismo día de la liberación de estos militares, sin herir, ni capturar a ningún guerrillero, es por decir lo menos, una suerte de proporciones mastodónticas y una casualidad sin proporción.

Por otra parte, queda opacada la razón y no violencia a la cual invita el candidato Antanas Mockus. Parece una propuesta arcaica e idealista frente a las bombas y granadas que logran resultados eficientes de acorralar a la guerrilla.

La voz popular que no quiere más guerra ni violencia, al parecer este Domingo nuevamente no será escuchada. Seguimos soñando en que haya trabajo digno para cada uno, que permita que llegue lo necesario a cada hogar, sin necesidad de inscribirse en programas que al pueblo lo vuelve limosnero.

Comisión de Justicia, Solidaridad y Paz

8 jun 2010

CON HAMBRE NO HAY DEMOCRACIA

Me deja pensativo el escuchar a colegas que esperaban no sólo mayor votación verde, sino también menos votos del uribismo en las elecciones presidenciales del 30 de mayo de 2010. Creyeron tal vez en las encuestas, en las que yo también creo, sin advertir acaso que en esta ocasión se trataba de una situación anómala. Parece que olvidaron los índices de popularidad del Presidente-candidato. Y olvidaron que del dicho al hecho hay mucho trecho y más con paramilitar en el techo. Ningún científico social que conozca algo de Colombia puede creer que las muestras nacionales de intención de voto puedan llegar a dar un resultado favorable a la ética de la legitimidad contra la costumbre secular del atajo moral y físico. Ahí hubo algo que todavía nos deben explicar los estadísticos y que vulgarmente podría llamarse “el problema de las muestras”, para no terminar pidiendo, como algunas gentes del “establecimiento”, mayor control a las firmas encuestadoras (reprime que algo queda).

Aunque me interesen las muestras, me interesa mucho más la realidad. Y esa está retratada a la perfección en las cifras. El país que votó, es decir, menos de la mitad de los que tenían derecho a votar, es 47% uribista, es decir, clientelista y ferviente partidario del atajo. Esto, desde luego, en todos los estratos sociales y en todos los campos del diario quehacer. Lo cual no quiere decir que la otra mitad no lo sea, sólo que no lo sabemos por estos datos. En cambio sí verificamos que la creencia en la legalidad es un fenómeno raro: tan sólo los poco más de 3 millones que votaron por Mockus, o, sea, menos de la quinta parte de los que votaron, creen que las palancas, el soborno, la extorsión, las amenazas, la indebida apropiación de lo ajeno, la evasión de impuestos, el falso testimonio, el fraude, la coacción y aun el homicidio, sean delitos. Si acaso son simples ‘pecadillos’ que acreditan a “los listos” y los diferencian de “los mensos”.

Sin embargo, no todo es un problema cultural. Dado que estas elecciones eran un resultado no deseado por el Gobierno de turno, éste se había preparado durante los ocho largos años de su régimen para esta eventualidad. Un ejemplo: en un lugar de Cundinamarca de cuyo nombre no quiero acordarme, un hidalgo uribista de los que manejan Familias en Acción y Familias Guardabosques advirtió a sus inscritos que la votación del domingo se realizaría en forma unánime por J. M. Santos, si querían seguir usufructuando eso que un incisivo columnista llamó “la mendicidad institucionalizada”. Con un solo inscrito que desacatara la consigna santista bastaría para que todas las familias salieran de la acción y los guardabosques salieran de sus bosques. Este tipo de ‘artilugios políticos’ ha sido el nervio de la política colombiana desde 1810. Y este artilugio se llama el control del hambre y fue descubierto desde la antigüedad, cuando se llamaba esclavitud, pero se sigue usando ahora y se llama asistencia humanitaria. En ambos casos era y es el sustituto de un salario digno y en ambos casos era y es el contentillo que se arroja a los despojados por la guerra para que no mueran de hambre, pero que tampoco tengan fuerzas para protestar.

La ética y la legalidad son bienes intangibles y deseables. La desnutrición, la falta de techo y la imposibilidad de conseguir un empleo son males tangibles e insoportables. Evitar ese mal insoportable es una necesidad que prima sobre el anhelo de rectitud. Aquí está el secreto del poder. Cualquier informe de las Naciones Unidas, o, sin ir más lejos, del DANE, muestra que los niveles en los que se mantienen dichos males en nuestra patria, afectan a porciones enormes de la población colombiana: 7 millones de trabajadores informales son toda la población del distrito capital, de los cuales la mayoría no tienen más que desempleo disfrazado. De forma análoga, 3 millones de desempleados, son casi toda la población de Medellín en la tremenda situación del rebusque, en el cual todo vale, porque se trata de situaciones desesperadas.

Los analistas políticos deberían mirar más allá de los porcentajes electorales y de sus tinturas políticas, para poder comprender que la democracia es incompatible con el hambre. Las elecciones de los pueblos hambrientos, y Colombia es uno de ellos, no pueden ser un indicador de democracia (del pueblo, por el pueblo y para el pueblo). Por el contrario, esos ritos políticos entre nosotros sólo revelan las verdaderas dimensiones de la plutocracia (los que comen), de la aristocracia (los que mandan) y de la ‘indiosincracia’ (los que no cuentan). Esta última grada de la ciudadanía de papel es la explicación profunda del abstencionismo: si yo no cuento, tampoco voy a que me cuenten. Es una reacción natural, aunque sea miope. En el caso colombiano no sólo es miopía, también es desilusión, confirmada por el hecho de que cuando se atisba un modo distinto de enfocar la política, comprobado o no, los creyentes son tres millones entre cuarenta y cinco: siete de cada cien. Una catástrofe para los pesimistas y una esperanza para los optimistas. En cualquier caso, el camino verde tiene derecho a tantos años de ensayo y error para ganar unas elecciones, como los han tenido los clientelistas para montar su negocio.


Alejandro Angulo Novoa, S. J.

31 may 2010

Bogotá mayo 31 de 2010.


¡Hijo de David, ten compasión de nosotros (as) “Creen que yo puedo sanarlos. (as )? Contestaron si Señor… reciban ustedes, lo que han creído, Jesús les toco los ojos diciendo: “reciban ustedes lo que han creído.” Mateo 9, 27-29.

Esta exclamación de estos ciegos es la que debería escucharse de labios de muchos de nosotros y nosotras que pasamos indiferentes o metidos (as ) en nuestro en pequeñas urnas de cristal sin enterarnos del dolor y del abuso que sufren tantos hombres y mujeres.

Hoy en concreto me quiero referir y presentar al grupo de mujeres en Colombia que viven lo que Marcela Lagarde , feminista Mejicana , antropóloga y etnóloga ha denominado y desarrollado en América Latina y del Caribe como feminicidio. El término se ha ido extendiendo en otros países.

El feminicidio es la mayor expresión de las violencias contra las mujeres, entendiéndose por violencia contra la mujer cualquier acción u omisión, que le cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial por su condición de mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, bien sea que se presente en el ámbito público o en el privado.

Este término poco común en las aulas de clase y en las conversaciones cotidianas pero una vivencia diaria de aquellas mujeres colombianas maltratadas, mutiladas y asesinadas en calidad de su sexo.

A raíz de presiones de grupos feministas y sobre todo por el informe presentado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por Casa de la Mujer, Mujeres que Crean, Ruta Pacífica, Vamos Mujer en WASHINGTON – OCTUBRE 23 de 2008 en el que exigen:

Realizar una visita de la Relatora o Relator de la Comisión Interamericana, con el propósito de hacer seguimiento a las recomendaciones y conocer de la crítica situación de los derechos humanos de las mujeres y con especial énfasis en la violencia sexual y en el feminicidio” piden también entre otros que:

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos debe realizar monitoreo permanente del cumplimiento por parte del Gobierno Colombiano de la providencia de la Corte Constitucional “Auto 092 de 2008”, que se originó al analizar la amplia gama de violaciones cometidas contra las mujeres en situación de desplazamiento forzado por causa del conflicto armado. Igualmente, debe verificar que su ejecución colme los vacíos existentes en la política pública para la atención del desplazamiento forzado desde la perspectiva de las mujeres, de manera tal que se contrarresten efectivamente los riesgos de género en el conflicto armado y las facetas de género del desplazamiento forzado”

En Colombia cada día cerca de tres mujeres son asesinadas.

Las cifras del Departamento Nacional de Estadística, Dane y la organización Profamilia según los datos recopilados entre el 2.005 y el 2.007, muestran que fueron violadas 721.246 mujeres, de las cuales el 47,4 por ciento indicó que los hechos se cometieron antes de cumplir los 15 años de edad.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) informa que durante el año 2008 más de mil mujeres fueron asesinadas en este país.

A raíz de todos estos informes que han ido poniendo en evidencia toda esta violencia Colombia trató de incluir esta realidad en la reforma al Código Penal, promulgando la Ley 1257 de 2008. contra la violencia hacia las mujeres. La cual establece que la reparación a las víctimas recae en primera instancia en el agresor, y fija responsabilidades diferenciadas por parte de la comunidad y la familia. Define un modelo de sociedad donde la mujer es un ser autónomo, que no depende de un varón, y cuyos derechos deben ser respetados.


“La presente ley tiene por objeto la adopción de normas que permitan garantizar para todas las mujeres una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado, el ejercicio de los derechos reconocidos en el ordenamiento jurídico interno e internacional, el acceso a los procedimientos administrativos y judiciales para su protección y atención, y la adopción de las políticas públicas necesarias para su realización” .

La tipificación del delito de acoso sexual, el agravamiento de penas para crímenes de lesiones personales y homicidio por razón de ser mujer, así como creación de medidas fiscales para facilitar alternativas económicas para las víctimas de la violencia de género, son algunas de las innovadoras disposiciones de esta legislación.

La ley, señala una lista de derechos, entre los cuales se destacan los derechos a “la verdad, justicia y reparación”; la estabilización de su situación conforme a los términos previstos en esta ley; y el derecho a la privacidad y a decidir voluntariamente si puede ser confrontada con el agresor.

La ley también establece que las alcaldías brinden atención psicológica, hospedaje y alimentación a las víctimas durante el tiempo que demore la captura del agresor. También establece la no discriminación por motivos de orientación sexual.

Se señala además el principio de “atención diferenciada”, el cual favorece a las mujeres víctimas del conflicto armado.

La norma también ha tipificado el acoso sexual como delito, para el cual se fijó una condena de prisión de entre uno y tres años. Algo muy trascendental para las mujeres víctimas de este flagelo en los espacios laborales o académicos.

Es muy importante que las mujeres conozcamos y nos apropiemos de la Ley e igualmente es indispensable que las autoridades locales promuevan políticas públicas que atiendan a las víctimas en aspectos como educación, salud, bienestar, entre otros temas de gran relevancia.

“Es momento de que las mujeres nos llenemos de valor y defendamos nuestros derechos”, fue una de las tantas frases que las mujeres de la “Ruta Pacífica” pronunciaron durante una marcha y jornada de protesta contra el asesinato de una de las cientos de mujeres asesinadas en el departamento del Cauca, para acabar contra las diferentes agresiones de las cuales son víctimas. Pero la lucha no la deben librar ellas solas, es necesario que todos los colombianos nos unamos en un solo grito: ¡No al feminicidio!


María Helena Rivillas Martínez Stj
Comisión de Justicia Solidaridad y Paz



Paginas consultadas para la elaboración del artículo:
http://espanol.upiu.com/view/post/1256318254837/
http://www.mujeresquecrean.org/textos/2009/LEY%201257.pdf.


EL DESTINO DE COLOMBIA SE CONCRETARÁ EN LA SEGUNDA VUELTA

Las elecciones de ayer 30 de mayo transcurrieron en relativa paz y se constató la participación alta de la ciudadanía. Los boletines de la Registraduría Nacional fueron oportunos y claros. Al finalizar la tarde ya estaba definido que Juan Manuel Santos había conseguido el 46.12 % de los votos; su contrincante el señor Antanas Mockus lo siguió con el 21.5%.

Juan Manuel Santos propone continuar con la Seguridad Democrática, garantia a la inversión extranjera y la tan esquiva equidad social.

Antanas Mockus en cambio, plantea que  la equidad o justicia en el país debe partir de la educación del pueblo y no desde las armas. Además del respeto por el medio ambiente, contrario a la política extractivista de las riquezas del suelo colombiano,  al igual que rechaza los monocultivos destinados a biocombustibles. La tierra para los campesinos y la producción de alimentos debe ser para todos.

Finalmente, señala que su gobierno se caracterizará por la transparencia y honestidad.

24 may 2010

POR QUÉ MENTIMOS



Dios nos creó para el bien, para la armonía, para la felicidad. Hoy quiero invitarlos a todos para que midamos el grado, la intensidad en la que vivimos estos dones, regalos de Dios; si no son una fortaleza en nuestra vida, nos debemos preguntar por qué.

Si nos colocamos ante la historia con ojos nuevos, con mirada crítica, objetiva, fortalecida, podemos comprobar que nos envuelve una humareda de mentira que nos está asfixiando y está vulnerando nuestra esencia de personas creadas para la libertad, para la felicidad.

Hoy se miente porque sí y porque no. La mentira es uno de los peores defectos del ser humano, sobre todo, la mentira dicha con el único fin de obtener beneficio personal en prejuicio del resto de las personas.

Sin pesimismo pero sí con Valentía miremos nuestro país.

Nuestro país goza de inmensas fortalezas, miles de personas hacen el bien, contribuyen al desarrollo, hacen propuestas creativas, son capaces de denunciar las injusticias y el pecado, buscando siempre sembrar y defender la verdad y por ello quienes blindan la mentira los quieren desaparecer. Es urgente que crezca el número de estas personas para que nos auxilien en este tremendo sismo de grados imperceptibles que nos hunde en el desconcierto, en la impotencia en la inconsciencia.

Sin pesimismo y si con gran valentía, sin decirnos mentiras, veamos nuestras instituciones gubernamentales, políticas, eclesiásticas, familiares, educativas, los grupos, entidades de servicios a las personas, las parejas, los amigos etc., etc., sin querer generalizar, si existen algunas personas poderosas que manejan la mentira con gran habilidad para favorecerse y favorecer a sus cercanos, para defender su puesto, su amistad, las prebendas recibidas y la ganancia que ello se deriva ya en ya en lo económico, en lo laboral, lo político, lo relacional en su fama.

Hay personas que justifican su afecto hacia la mentira, tratando de explicar que algunas son “piadosas” y se dicen con el fin de no perjudicar a los demás, sin embargo, la piedad, como una virtud humana, no puede estar justificada en la mentira.
Otros dicen que depende de la magnitud de la mentira, unas serán mentirillas y las otras mentiras grandes, sin embargo, la mentira es en su esencia inconmensurable y por lo tanto no tiene tamaño, ni puede ser medible, a pesar de que sus efectos conlleven daños o consecuencias leves o graves.

Estamos en su momento que en el argot popular se oyen “ya no creo, son puras mentiras”, mentiras de uno y otro lado; las campañas políticas son propicias para rendirle culto a ese dios que pervierte, que confunde.

¡No nos dejemos llevar por los cantos de las sirenas! Mantengámonos en una actitud alerta para distinguir las mentiras y las verdades de cada quien.

Tenemos al frente una realidad que debemos que afrontar con gran responsabilidad, me atrevo a decir los siguiente, debemos estar consientes de que hay quienes pueden engañar a mucha gente durante algún tiempo, o bien engañar a algunas gentes diariamente algún tiempo, o bien engañar a algunas gentes durante mucho tiempo, pero nunca podrán engañar a mucha gente durante mucho tiempo. Lo estamos comprobando sí o no?

Ayer Domingo, hemos celebrado solemnemente el día de Pentecostés, pidámosle al Señor que nos envié el Espíritu de Verdad, que aleje de nosotros al enemigo, nos dé la fuerza para construir la paz, que nuestras acciones y así evitaremos todo lo que nos causa mal.


Sor Hilda Aponte HC
Comisión Justicia Solidaridad y Paz

18 may 2010

¿DEBERIA QUEDARME O DEBERIA IRME?



En Inglés: “Should I stay or should I go?”. Es el título de un interesante artículo publicado recientemente en The Tablet, semanario católico más importante en habla inglesa en Europa, por Timothy Radcliffe, quien se desempeñó como la cabeza de los todos los padres dominicos en el mundo. Esta pregunta se la hace Radcliffe con motivo de los escándalos que han estallado en torno a los abusos sexuales por parte de miembros del clero en distintos países en Europa y que han generado una lluvia de críticas sobre la misma cabeza de la Iglesia Católica.

Se pregunta inicialmente por qué se iría de la Iglesia. Y afirma que en principio hay personas que consideran inapropiado permanecer en una institución que es corrupta y peligrosa para los niños. Pues bien, señala que estudios norteamericanos prueban que el porcentaje de abusadores en la Iglesia Católica no es superior al existente en otras Iglesias. Así, el hecho de cambiar de iglesia no mejorará la situación. Es más, igualmente con datos a la mano, señala que el abuso es menor en colegios católicos que en otro tipo de establecimientos escolares. Para concluir que siendo siempre y en todo momento horrorífico el abuso sexual de menores, es un mal que se encuentra esparcido por toda la sociedad. Es un mal de toda la sociedad y no solamente de algunos curas católicos.

De otra parte, analiza que el tratamiento que le dieron los obispos a los casos denunciados en los años 60s y 70s obedeció a la perspectiva que había en ese entonces sobre estos abusos, se trataba no como crimen sino más bien como un mero pecado, y por ello el sigilo que se mantuvo en dichos manejos. Insiste en que no se puede juzgar hoy, como los criterios y perspectivas actuales los hechos de hace más de 30 años, cuando en aquel entonces la sociedad no había tomado consciencia de este mal. Sobre la manera silenciosa como se manejan los casos por parte de la Congregación para la fe manifiesta que esto se debe a lo que llamamos la reserva del sumario, que busca defender la presunción de inocencia del acusado.

Luego se pregunta por qué quedarse en la Iglesia. En primera instancia dice que él pertenece a la iglesia Católica no por ser la mejor, sino porque considera que encarna algo que es esencial de la visión Cristiana de la resurrección: la unidad visible. En efecto, que La unidad de la Iglesia es una señal de que todas las fuerzas que fragmentan y dispersan son derrotadas en Cristo. Las más profundas verdades del Cristianismo toman cuerpo en la institucionalidad. Y afirma que: Es posible que se sienta avergonzado de admitir que somos Católicos, pero hay que aceptar que Jesús acompañó una Iglesia con problemas desde el inicio: en efecto recordemos los escándalos de Pedro, o la actitud de Judas. Y de fondo debemos ver en toda esta situación una interpelación del Señor a vivir en coherencia nuestra fe.


Por: Luis Felipe Gómez SJ



Para quienes quieran leer el texto en Inglés de Radcliffe:

http://www.thetablet.co.uk/article/14543

10 may 2010

SEXO Y LA GUERRA

La semana pasada encontramos indicios que se remontaban al Marqués de Sade, como el inspirador de algunas ‘medidas de seguridad’ que han proliferado en los últimos meses y años en nuestro país. Ahora, los indicios se confirman, con un informe del Comité Internacional de la Cruz Roja, CICR, que trae datos alarmantes sobre la continuidad del desplazamiento pero que se fija, además, en la violencia sexual.

En 2009 en todo el país, se registraron 25 casos de desplazamiento. Uno de los más recientes se localizó en Ituango (Antioquia). El 22 de junio de 2009 recibieron asistencia humanitaria unas 396 familias. O sea que 1.033 personas debieron abandonar de manera forzada sus hogares por presiones de las FARC. Parece, pues, que la guerra no ha terminado todavía, digan lo que digan.

Aunque el informe del CICR enumera 800 infracciones del Derecho Internacional Humanitario, es decir, violaciones graves cometidas por las guerrillas, la parte que preocupa es que, en esta nueva etapa de la guerra, una de las armas preferidas parecería ser la violencia sexual. Como en los Balcanes y como en África.

El CICR documentó 82 casos de violencia sexual perpetrados en 2009 en todo el país; en 45 de ellos las víctimas fueron menores de edad y adolescentes de ambos sexos, en 31 casos se trató de mujeres y en seis de hombres. Pero ¡ojo! las cifras pueden ser mejores que la realidad. Joelle Kuhn, de la regional de Antioquia, advirtió: “Los casos que se reportan al CICR generalmente son por parte de las víctimas de desplazamiento, porque es más fácil para declarar en un ambiente más tranquilo y fuera de la zona. Pero hay muchas víctimas que están en la región y que no hablan del tema, por miedo a represalias. Por eso, los casos reportados son mucho menos de los que son en la realidad”.

Es muy posible que lo que ahora aparece, estuviera sucediendo de tiempo atrás, como los ‘falsos positivos’ y que no fuera declarado por miedo. Pero también es posible que sea una nueva estrategia que corresponde a la fase de asentamiento oficial del actor armado de turno, en este caso de los paramilitares. Es lo que sugieren las declaraciones de Kuhn cuando los mira como mecanismo de control y presión sobre las comunidades por parte de los paramilitares vencedores.

La prepotencia que respalda la conciencia militar y que nace de la capacidad de aterrorizar mediante la amenaza se traduce en el campo sexual. Del placer en la eliminación física y en la práctica de la tortura se transita a otra modalidad de tortura, la violación sexual. Ese tránsito no solamente descubre el deterioro moral que lleva a desconocer la dignidad humana, sino que pone también en evidencia la degeneración mental que trastoca el placer con la violencia y que termina en el refinamiento brutal del sadismo. El señor de Sade intentaba perfeccionar su revolución verdaderamente revolucionaria, frente a la ingenuidad de la revolución política y social de Robespierre, mediante su liberación de cualquier prejuicio moral. Pero lo que los señores de la guerra están perfeccionando es la degeneración verdaderamente degenerada, y la liberación de cualquier prejuicio humano.

Semejantes desórdenes son tanto más amenazantes ya que se trata de adicciones. Los guerreros se vuelven adictos a la violencia y, ésta, como cualquier adicción, es un comportamiento muy difícil de reformar, si es alguna vez recuperable del todo. Que lo digan los alcohólicos y los demás drogadictos que intentan salir del remolino de su autodestrucción.

Por este motivo, el informe del CICR debería despertar una reacción inmediata y sumamente atenta, como que lanza un reto urgente y al mismo tiempo muy difícil. Desintoxicar las relaciones sociales capturadas por la adicción a la violencia no se logra de la noche a la mañana, porque los resultados del empleo de la violencia hacen impacto en muchos ámbitos fuera de la política y forman parte de una tradición añeja en Colombia. Ni basta con pensar que el problema se resuelve sólo en el campo del conflicto social armado, ya que otros datos señalan su proliferación en ambientes reputados pacíficos, como la familia, los planteles educativos y la calle. Pero hay que comenzar por el sector de mayor urgencia, y el esfuerzo realizado en un ámbito, servirá para descubrir y reforzar las medidas requeridas en los otros. El fondo del problema siempre tiene, al fin y al cabo, esa dimensión común que llamamos la formación y el ejercicio de la conciencia humana que perdemos con tanta facilidad cuando con tanta frecuencia nos animalizamos.

Tamaña deshumanización tornará más difícil aún la construcción de una postguerra que no se avizora todavía, pero que esperamos que llegará si el despertar de la conciencia social sigue su desarrollo en Colombia como parecen presagiarlo algunos hechos recientes de la justicia y de la política. El enfrentamiento decidido de algunos jueces con la parapolítica y sus métodos clandestinos frecuentados por ‘los de arriba’, parecería querer desmentir la tozuda realidad nuestra de que la “justicia es para los de ruana”. De manera análoga, el que se hayan comenzado a valorar las propuestas de la honestidad y de la legalidad es esperanzador. Y si las elecciones alcanzaran algún día su meta de ser la sanción de los ladrones y de los corruptos, podría llegar a pensarse que es el comienzo de una nueva era en la que el vanamente coreado “Cesó la horrible noche” de nuestro himno nacional, se vuelva por vez primera realidad y alboree “la libertad sublime” para todos aquellos esclavos que hoy conforman esa multitud errante de empobrecidos por el despojo violento.

Es un camino largo y empinado, como suele ser el de la tierra prometida. Pero no cabe duda de que vale la pena empezar a recorrerlo y hacer camino al andar.


Alejandro Angulo Novoa, S. J.
Cinep

3 may 2010




Es conocido por todos-as que nuestra Patria tiene la tasa de desempleo más alta de América Latina; oficialmente se reconoce a casi tres millones de colombianos-as sin trabajo. Ni hablar del subempleo en la cual están más de 6 millones de compatriotas nuestros, según cifras del mismo DANE. La situación de persecución y el descrédito por la que han atravesado los-as dirigentes sindicales, ha sido muy duro. Por otra parte, el reajuste al salario mínimo para este año, no alcanza a cubrir el alza a la cual fueron reajustados los precios de los alimentos de la canasta familiar. Sin embargo, Colombia aparece para los inversionistas internacionales, como el mejor país latinoamericano para invertir capitales y hacer negocios.

El 1º de mayo por las calles de Bogotá y de otras ciudades, hubo manifestaciones de los-as trabajadores para celebrar su día internacional, pero también para exigir condiciones laborales dignas y de respeto. Llamó la atención que hubiera tanta policía y carros para reprimir estas manifestaciones, por lo que se percibió o dejó entrever que los “trabajadores-as eran un peligro social”.

Aún más llamativo fue que en la Capilla del Sagrario, a un costado de la Catedral Primada, fueran destrozados los vidrios (lo mismo ocurrió con algún cajero automático ubicado por la Carr. 7ª). En el muro de esa capilla los manifestantes escribieron un grafitti que rezaba en tono irónico “ Dios bendiga este negocio”.

Lo leí con cierta tristeza, pues los que se manifestaron expresaban su distancia y hasta rechazo a la Iglesia. Con añoranza recordé la Rerum Novarum o Laborem Exercens. La Iglesia allí nos recuerda la nobleza del trabajo, como una dimensión plenificante de la persona. Nos dice que el trabajo constituye una dimensión fundamental de la existencia humana; hasta nos asemejamos al Creador por nuestra co-laboración sobre la tierra. ... que nunca debe menguar la dignidad del que realiza el trabajo ni que el trabajo jamás puede ir contra el hombre o la mujer ...

Vuelve a ser actual el desafío para nosotros-as de sumarnos al movimiento por la dignidad de los-as trabajadores.

Que la Iglesia sea reconocida por todos-as como amiga y cercana del mundo laboral. Defensora inclaudicable de los pisoteados-as en sus derechos laborales y por tanto la primera en cumplir los deberes que adquiere con sus propios trabajadores-as.

Nuestro reconocimiento agradecido a las comunidades religiosas que dedican sus fuerzas a la dignidad de los hermanos-as trabajadores-as, en la lucha por su defensa y organización. Tenemos sentimientos de cariño en particular por las Juanistas que han hecho de su vida un testimonio de cercanía al mundo del trabajo.


Comité Ejecutivo
Comisión de Justicia, Solidaridad y Paz

26 abr 2010

VERGÜENZA AL INTERIOR DE LA IGLESIA POR ABUSOS SEXUALES A MENORES


Las diversas denuncias sobre abusos sexuales cometidos por sacerdotes, y la acusación de encubrimiento y/o tolerancia de esos hechos por parte de la Jerarquía, situación reconocida por el Papa Benedicto XVI, está haciendo vivir a la Iglesia tiempos malos, de descrédito y de vergüenza.
Hay un daño a la imagen pública de la Iglesia y del sacerdocio, lo que no es un tema menor, pues la credibilidad del testigo es esencial en el anuncio del Evangelio: si se sospecha de la integridad del portador del mensaje o se cuestiona su actuar moral, se hace más difícil el impacto positivo de ese anuncio. Y hay un desánimo en el pueblo de Dios, especialmente en los agentes pastorales, quienes se encuentran con más dificultades y críticas en el ejercicio de su misión. La autoridad misma de la comunidad, necesaria para transmitir el mensaje, queda en entredicho. Todo esto, sin contar con el desencanto e indignación que produce el daño que se hace a las víctimas.

¿Por qué hemos llegado a esto? ¿Por qué no actuamos a tiempo como Iglesia para evitar estas situaciones? Mi impresión es que a la Iglesia le ha costado comprender que el abuso de menores es un delito. Ha parecido normal tratar de proteger al que se equivoca, al enfermo, al pecador, evitándole verse sometido a una situación escandalosa. Como una madre que intenta proteger a un hijo que ha caído y que intenta rehabilitarlo por su propio esfuerzo, se ha querido rehabilitar al abusador internamente. Lo que no se ha medido en toda su magnitud es que el abuso es un delito, que hace daño evidente a terceros, y que ante eso la primera respuesta debe ser la denuncia y la aplicación de justicia. Sólo después puede venir el esfuerzo de rehabilitación.

En el último tiempo, la sociedad ha hecho un avance significativo en la consideración de la gravedad del abuso de menores. Décadas atrás, se toleraban más, en la familia y otros ambientes, situaciones que hoy sin ninguna duda son calificadas como abuso sexual. En este sentido, la conciencia moral de la humanidad ha avanzado y la Iglesia misma ha ido aprendiendo. Vale la pena no olvidar esto: la Iglesia tiene que aprender de la sociedad civil y no sólo pretender enseñar.

¿Qué hacer ante esta situación que vive la Iglesia? ¿Con qué actitud vivir estos tiempos malos?

Ante todo, con humildad. No se pueden minimizar los hechos. Aunque haya muchos sacerdotes ejemplares, estamos ante un problema real que no se puede esconder. Humildad, también, para no situarnos ante el mundo desde una supuesta superioridad moral. Pretender situarse como expertos o maestros, sobre todo en cuestiones morales, resulta cada vez más inaceptable para mucha gente. ¿Cómo aportar a la sociedad la luz del mensaje evangélico en el contexto cultural y eclesial actual? Tenemos mucho que reflexionar.

Una segunda actitud es una auténtica fidelidad al Señor y compromiso con la misión. Seguimos siendo discípulos de Jesús, él nos sigue enviando. Haber conocido a Jesús sigue siendo el mejor regalo que hemos recibido y testimoniarlo con nuestra palabra y obra, sigue siendo nuestro gozo. Posiblemente haya que superar más obstáculos para vivir la misión, porque tenemos menos prestigio. Pero una vida entregada, que se da por una causa noble como es la causa de Jesús, siempre hará algún bien y será una semilla del Reino.

En tercer lugar, tenemos que buscar la reforma de la Iglesia. Ella es nuestra comunidad, Jesús la quiere y la necesita para su misión, y espera que entre todos la hagamos mejor y más transparente en sus valores y actuaciones. Hay muchos temas que en la Iglesia no se dialogan, no se debaten, y esta situación no resiste mucho tiempo. A no ser que la Iglesia prefiera quedarse como una señora vieja, autosuficiente, pero ajena y extraña al mundo de hoy.
 
Comité Ejecutivo
Comisión de Justicia, Solidaridad y Paz

19 abr 2010

Me parece muy conveniente hoy llegar a ustedes con un tema muy apasionante, lleno de exigencia y urgente en el hoy de nuestro país LA ESPERANZA.

Jesús resucitado fortalece nuestra esperanza y nos lanza a ser sus testigos e este mar de fuerte oleajes “Dios ama a este mundo tal como es y nos invita a amarlo profundamente, a mirarlo como lo mira El” (Génesis 1, 31), (Juan 3,16)

Descubramos con admiración y agradecimiento los signos de vida, las semillas y los brotes de esperanza que existen en el mundo, en la Iglesia, en las congregaciones, en las comunidades parroquiales y en las personas a quienes servimos.

La virtud de la esperanza puede expresarse de diversas maneras pero es siempre una actitud profunda de la persona humana que colorea su vida, poniendo una nota de bondad sencilla y alegre, así se nos facilita aceptar los acontecimientos con paz, sin desanimarnos ante las dificultades.

El Espíritu Santo es fuente de profecía y esperanza en este mundo que va perdiendo puntos de referencia. Todos/as, más o menos conscientemente, sufrimos la influencia de nuestra civilización postmoderna, algunos de cuyos rasgos característicos son la instalación en el presente, el materialismo que confunde el placer y la alegría y la fascinación por el progreso del mundo. La crisis económica y social de estos últimos meses nos ha permitido constatar con tristeza cómo los frutos de este sistema tienen el gusto amargo de la desesperación y de la miseria.

Una enfermedad de nuestro tiempo es la falta de esperanza. En muchos de nuestros contemporáneos e igualmente en nuestras congregaciones sutilmente puede introducirse un cierto pesimismo y desencanto disfrazado de realismo. Un mundo que va perdiendo puntos de referencia va a la deriva.


Juan Pablo II en la audiencia de 11 de Noviembre de 1998, nos decía “El mensaje de Esperanza que nos viene de Jesucristo ilumina este horizonte denso de incertidumbre y pesimismo. Pero no olvidemos que la esperanza se expresa y se alimenta en la oración de modo muy particular en el Padrenuestro, resumen de todo lo que la Esperanza nos hace desear”.

La esperanza no es una fantasía ni un sueño irrealizable es un don de Espíritu Santo que lleva a una vida en plenitud llena de gozo y de paz.

La Esperanza es la virtud de las personas fuertes que no temen al futuro, que tienen confianza a pesar de las circunstancias adversas, la esperanza se comunica y se irradia o de lo contrario se debilita, se seca y se muere.

De este Don, dan testimonio los familiares de los secuestrados. Su oración y profunda comunión con quienes están privados de la libertad injustamente y que es expresada a través de la radio por varias emisoras. ¿Cómo se puede sostener una persona, una familia ante crimen tan atroz, si no es por la esperanza que les da valor, fortaleza para seguir viviendo, energía para perdonar, para exigir, para despertar a un pueblo que por largos espacios de tiempo se olvida del dolor del hermano? Interroguémonos con humildad.

¿Los signos de vida que la Iglesia recibió de Jesús Resucitado, son en nuestro país un ancla de salvación que impiden al barco ir a la deriva? ¿Son la brújula que lo orienta en medio de la espesa turbulencia en la que navega? Nosotros como vida religiosa ¿vivimos con esperanza o creemos no necesitarla, o no sentimos su necesitad? ¿El dolor del pueblo es nuestro dolor? ¿Cuál es nuestra esperanza y como la manifestamos?

Intentemos hablar con convicción de Aquel que es nuestra única “esperanza” EL RESUCITADO,


Sor Hilda Aponte
Hija de la Caridad

Comisión de Justicia, Solidaridad y Paz.
Imagen tomada de: http://www.firstpeople.us/pictures/RC-Gorman/Rudolph-Carl-Gorman-Esperanza-II.jpg
¿HACIA DÓNDE VAMOS?

Encuentro en mi correo dos noticias de esta semana que merecen atención y cuidado, porque revelan desvíos peligrosos de la vida nacional. La primera se refiere a la liberación de más de cuarenta ‘campesinos’ y ‘pequeños comerciantes’, veinticuatro de los cuales habían sido detenidos arbitrariamente (sin explicaciones) el 6 de agosto de 2006 en la vereda La Julia (Uribe) y conducidos, sin explicaciones y en helicóptero, a la SIJIN de La Macarena con el pretexto de que necesitaban sus declaraciones. En La Macarena fueron notificados de una orden de captura emitida por la Fiscalía Sexta de Bogotá.


Al día siguiente se comunicó a la opinión pública que habían sido detenidos 24 apoyos logísticos de los frentes 40 y 42 de las FARC en el municipio de Uribe, vecindad de La Macarena. Los 24 fueron recluidos en la cárcel de La Picota, en Bogotá (Voz, 28/03/07). El 29 de octubre y el 2 de noviembre de 2007 se repitió el mismo rito, con 12 detenidos en el primer caso y 5 víctimas en el segundo (Voz, 14/11/07). En abril 6 de 2010, es decir, tres años después, la justicia colombiana les notificó que cerraba su caso porque no se había podido demostrar la verdad de las acusaciones, dado que unos testigos se retractaron y otros resultaron falsos.



Es de notar que el abuso del falso testimonio ha proliferado en Colombia como los hongos, cuyo cultivo se abona con recompensas jugosas o amenazas mortales, muchas de ellas (demasiadas), originadas en el “establecimiento”.


El escenario completo de las acciones mencionadas debe incluir la emboscada tendida al Ejército el 28 de diciembre de 2006, en la que las FARC acribillaron a 26 uniformados en la zona rural de Vistahermosa. Una masacre que, a su vez, se debe encuadrar dentro de la operación de anillo de seguridad instalado por el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada para posibilitar la erradicación de 4.600 hectáreas de coca emprendida por Acción Social de la Presidencia de la República y que debió ser reducida en tamaño por el hostigamiento farquiano (El Nuevo Siglo 04/02/2006).


Todo el desafortunado episodio borra e invierte los Objetivos del Milenio para las víctimas inocentes privadas de su libertad y de sus medios de subsistencia por tres años o más. Es un doloroso acto de una tragedia que se niega por parte de una buena parte de la población colombiana y que se desfigura y disfraza por parte de su dirigencia.

Este desconocimiento afectado por parte de los responsables e ingenuo (e interesado) por parte de los ignorantes que les creen, recubre un sistema social articulado sobre la desigualdad del trabajo humano impuesta por la fuerza. Para justificar dicho sistema se formulan planes disfrazados de objetivos humanos. La última versión de esos planes, que ha recibido una aprobación mayoritaria dentro de la población inconsciente, se ha llamado la “seguridad democrática”. En ella se ha burlado el anhelo humano de seguridad encargándoselo a la lucha armada que es, precisamente, la que vuelve más inseguro el trascurso de la vida humana. Y se ha intoxicado la democracia haciéndola depender de la fuerza bruta. Hay que forzar la mayoría. Porque lo ocurrido en La Macarena-Bogotá demuestra a dónde conduce el extremismo en el uso de la fuerza: al sacrificio de los inocentes. Así de simple.


La fuerza bruta empleada por las FARC para derrotar al Ejército causa una masacre de servidores públicos. Y la venganza de los soldados muertos por parte de sus compañeros de armas causa una masacre económica de civiles: veinte compatriotas más empobrecidos por la “estrategia” antiguerrillera. La justificación de las FARC proviene de su ideología para “tomarse el poder a cualquier precio”, sobre todo de vidas humanas, pero la realidad en este caso es la defensa de su negocio narcotraficante. La redada de la fuerza pública y la subsiguiente detención prolongada se justifica como defensa del orden público, pero la realidad es un abuso de autoridad basado en su ideología de que más vale castigar injustamente a cuarenta inocentes que perdonar a un culpable.

Dos extremismos enfrentados para producir víctimas inocentes, dos violaciones gravísimas de la dignidad humana. Aventuras donde no ha encontrado lugar la reflexión y, por lo mismo, tampoco halla lugar la ética. Es evidente que hay gravísimas injusticias por ambas partes, si uno piensa que lo justo para los colombianos es que todos podamos vivir felices y en paz. Pero ¿esa es la noción de justicia que anida en las molleras de todos los pobladores de esta tierra colombiana? Es también evidente que los hechos descritos sumariamente y muchísimos otros ejemplos actuales dejan una duda profunda y justificada. Además, el nivel de improvisación impuesto por los imperativos de la contienda armada, multiplica los efectos mortíferos para todo el ambiente: los seres vivos y los recursos naturales.
La segunda noticia, que no es nueva pero llegó hoy, es que hay otro indicador de injusticia mucho más grave que todo lo anterior y que es el resultado lógico de tales síntomas inhumanos: la existencia de la tortura. Lo resume con precisión el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en su revisión de noviembre de 2009:


“Aunque se registra una disminución global en el número de denuncias de tortura desde la última revisión periódica en 2004, al Comité le preocupa que la incidencia de tortura en el Estado siga siendo alta y corresponda a patrones específicos que indican una aplicación generalizada. El Comité señala que, si bien los grupos armados ilegales tienen una importante responsabilidad en dichas violaciones, se sigue denunciando la participación o aquiescencia de agentes del Estado en esos actos. El Comité está especialmente preocupado por información que indica un aumento de casos que señalan una participación directa por parte de agentes estatales. El Comité también expresa gran preocupación por la persistencia de graves violaciones conexos a la tortura como las ejecuciones extrajudiciales, las desapariciones forzadas, el desplazamiento forzado, las violaciones sexuales y el reclutamiento de niños en el contexto del conflicto armado (subrayado nuestro) y por la situación de vulnerabilidad de ciertos grupos como las mujeres, los niños, las minorías étnicas, los desplazados, la población carcelaria, y las personas LGBT”. (Artículo 2)

La práctica de la tortura es un refinamiento de la crueldad, la cual a su vez es una situación patológica del ser humano. No es humano que un ser humano se complazca en el sufrimiento de otro ser humano. Para semejante deshumanización se necesita, como lo propuso el Marqués de Sade, desinfectar el corazón y la mente de los humanos de toda la basura moral y religiosa que pudiera generar remordimiento por algo. Hay que erradicar la compasión, que supone el rechazo visceral a la indiferencia hacia el sufrimiento ajeno o, por lo menos, la renuncia irrevocable a usar a otro ser humano como medio para lograr los propios objetivos, aun los decentes. Usar a un ser humano es, como diría un famoso italiano, reducirse al nivel de “bípedos porcunos”.

Alejandro Angulo Novoa, S.J.

12 abr 2010

NOTAS DE DOLOR ... GESTOS DE ESPERANZA

La realidad no es solo dolorosa. Es contrapuesta, desconcertante, a veces, esperanzada.

Escuchaba por radio alguna noticia “vaga” sobre los refugiados colombianos en Ecuador, lo que logró generar en mí cierta inquietud. Realmente, no alcanzaba a darme cuenta de lo que sucedía. A los dos días, recibo una hoja-boletín de mi Congregación “VedrunAmérica, Piezas de paz notas de justicia” conteniendo un artículo titulado “Se duplicó el número de refugiados colombianos en Ecuador, asegura la ONU”. Reconozco que “comí” sus letras con avidez pero, me era difícil digerirlas. Cada frase entraba en mi interior como puntilla de acero:

En ese país hay 45 mil refugiados, de los cuales el 98% son colombianos, explicó Acnur.


Es decir, ¡44.100 colombianos refugiados en el País vecino!

Según el artículo, el Gobierno del Ecuador ha realizado un “gesto de esperanza”, aunque definitivamente, mientras la solución no se dé en nuestro propio país, mientras permanezca la guerra, no se sacará ninguna puntilla:

Andrej Mahecic, portavoz de la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, anunció que con el registro de 26.000 refugiados colombianos en una zona remota del norte de Ecuador se ha duplicado la cifra de personas que han recibido un reconocimiento oficial de ese estatus. "El hecho de que ahora cuenten con un documento de identidad que oficializa su situación de refugiados representa un cambio cuantitativo en sus vidas porque, entre otras cosas, ya no corren el riesgo de ser expulsados y enviados de regreso a Colombia, si no lo desean…”

“Con este reconocimiento de su situación, los niños refugiados podrán ir al colegio y las familias tener algún tipo de acceso a los servicios de salud”.


Pero eso no es todo:

Sin embargo, los expertos de la agencia de la ONU consideran que hay unas 100.000 personas adicionales en Ecuador "que necesitan protección internacional" y de las que "el 90 por ciento serían colombianos".

¿Leí bien?, ¡90.000 colombianos con necesidad de protección!

Una puntilla se clava tras otra,,, Y es que, ¿no es suficiente con los millones de desplazados dentro del país, desarraigados de su tierra, -y de sus tierras- , huyendo de las fauces del “Herodes actual” que, OTROS MUCHOS han de experimentar un desarraigo mayor al tener que salir de su propia patria y esconderse en lugares remotos donde priman el hambre, el abandono y la pobreza? Y, nosotras, VR de Colombia, ¿estamos dónde tenemos que estar? ¿vivimos como hemos de vivir?. Sí hay algo claro Y CIERTO que nos llena, no solo de esperanza, sino de fe y de compromiso: como en la comunidad atemorizada y escondida de los apóstoles, ¡EL RESUCITADO TAMBIÉN ESTÁ PRESENTE EN LA COMUNIDAD DE LOS REFUGIADOS!

 
Pilar Fernández Alonso, CCV
Comisión de Justicia, Paz y Solidaridad

5 abr 2010

EDITORIAL

Notas de dolor ... Gestos de esperanza ...
 
La realidad no es solo dolorosa. Es contrapuesta, desconcertante, a veces, esperanzada.

Escuchaba por radio alguna noticia “vaga” sobre los refugiados colombianos en Ecuador, lo que logró generar en mí cierta inquietud. Realmente, no alcanzaba a darme cuenta de lo que sucedía. A los dos días, recibo una hoja-boletín de mi Congregación “VedrunAmérica, Piezas de paz notas de justicia” conteniendo un artículo titulado “Se duplicó el número de refugiados colombianos en Ecuador, asegura la ONU”. Reconozco que “comí” sus letras con avidez pero, me era difícil digerirlas. Cada frase entraba en mi interior como puntilla de acero:


En ese país hay 45 mil refugiados, de los cuales el 98% son colombianos, explicó Acnur.

Es decir, ¡44.100 colombianos refugiados en el País vecino!

Según el artículo, el Gobierno del Ecuador ha realizado un “gesto de esperanza”, aunque definitivamente, mientras la solución no se dé en nuestro propio país, mientras permanezca la guerra, no se sacará ninguna puntilla:

Andrej Mahecic, portavoz de la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, anunció que con el registro de 26.000 refugiados colombianos en una zona remota del norte de Ecuador se ha duplicado la cifra de personas que han recibido un reconocimiento oficial de ese estatus. "El hecho de que ahora cuenten con un documento de identidad que oficializa su situación de refugiados representa un cambio cuantitativo en sus vidas porque, entre otras cosas, ya no corren el riesgo de ser expulsados y enviados de regreso a Colombia, si no lo desean…”

“Con este reconocimiento de su situación, los niños refugiados podrán ir al colegio y las familias tener algún tipo de acceso a los servicios de salud”.


Pero eso no es todo:


“Sin embargo, los expertos de la agencia de la ONU consideran que hay unas 100.000 personas adicionales en Ecuador "que necesitan protección internacional" y de las que "el 90 por ciento serían colombianos".

¿Leí bien?, ¡90.000 colombianos con necesidad de protección!


Una puntilla se clava tras otra,,, Y es que, ¿no es suficiente con los millones de desplazados dentro del país, desarraigados de su tierra, -y de sus tierras- , huyendo de las fauces del “Herodes actual” que, OTROS MUCHOS han de experimentar un desarraigo mayor al tener que salir de su propia patria y esconderse en lugares remotos donde priman el hambre, el abandono y la pobreza? Y, nosotras, VR de Colombia, ¿estamos dónde tenemos que estar? ¿vivimos como hemos de vivir?. Sí hay algo claro Y CIERTO que nos llena, no solo de esperanza, sino de fe y de compromiso: como en la comunidad atemorizada y escondida de los apóstoles, ¡EL RESUCITADO TAMBIÉN ESTÁ PRESENTE EN LA COMUNIDAD DE LOS REFUGIADOS!


Pilar Alonso Fernández, CCV
Comisión de Justicia, Solidaridad y Paz

23 mar 2010

PASUCA, EL TIEMPO DE LA ACCION DEL RESUCITADO

Las personas que entran en contacto con El no pueden evitar la fuerza de atracción por Jesús. Un Jesús que se la pasó haciendo el Bien, que predicó la Justicia del Reino de Dios y que hizo cercano a un Dios Salvador. Así, la invitación es a dejarse “tocar” por Jesús, un Jesús Resucitado que nos ha dejado el Espíritu para que alimentemos nuestra vida cristiana.

Dejarse tocar de Jesús, es sinónimo de tener una experiencia de Dios. Y para ello lo primero que se requiere es que estemos a la escucha de su voluntad: lo que El quiere para cada uno. Esta es, pues, la mejor preparación para permitir que la acción de Jesús permee más profundamente en nuestras vidas. Para poder escuchar debemos remover mucho ruido y obstáculo que tenemos y ponemos en nuestro interior. Es preciso hacer una limpieza a fondo de nuestro corazón para prepararlo de forma especial a escuchar la palabra del Señor para nuestras vidas.

San Ignacio llamaba a esta limpieza quitar las “afecciones desordenadas” de nuestra existencia. Pensemos en nuestros apegos, en nuestros odios enconchados en el corazón, en la incapacidad de poner las necesidades de otros por encima de nuestros intereses, en nuestra tacañería para amar y querer a los que tenemos a nuestro alrededor, en la imposibilidad de dar de lo nuestro en solidaridad para los que no tienen nada. Y esto no es fácil, pues hacemos muchas resistencias y preferimos justificarnos para evitar dejarlas. Una de esas resistencias son las maniobras racionales que hacemos ante todo, con una falsa razón terminamos aplastando un sentimiento de solidaridad que nace en nuestro corazón. Las famosas racionalizaciones nos hacen mucho daño y somos presos continuamente de ellas. De otra parte, están las pasiones que nos enceguecen, que no nos dejan ver clara la realidad, muchas de ellas requieren que tengamos hasta ayuda profesional para removerlas; en este sentido un buen acompañamiento espiritual y aún psicológico puede ayudarnos mucho a liberarnos. ¡Dejemos de ser esclavos y seamos libres!

Celebrar la Resurrección tiene que pasar por la celebración de la Pascua, y si ella de veras pasa por nuestra vida, debe tener unas repercusiones muy fuertes, visibles y que sirvan de testimonio de esa presencia del Señor vivo. ¿Quieres celebrar, entonces la Pascua? Muy sencillo, dale espacio para que esa acción del Resucitado tenga posibilidades de transformación en tu vida.


Si quiere vivir la Pascua del Señor Resucitado, deje que El actúe, deje sus pasiones y racionalizaciones y entréguese a una nueva vida.



Luis Felipe Gómez Restrepo S.J

15 mar 2010

Las elecciones a la Cámara y al Senado se desarrollaron ayer domingo 14 en una visible tranquilidad, sin alteraciones, ni confrontaciones que requirieran la intervención de la fuerza pública.

El Observador de la OEA, Señor Enrique Correa, denunció la compra de votos en algunas mesas de votación. Fuera de esto y un par de petardos desactivados, todo en orden y tranquilidad.

Los partidos ganadores que representarán a los colombianos en el Senado y la Cámara son los de la U y Conservadores, con un total de 51 delegados, que respalda la actual política de seguridad democrática del saliente Presidente Uribe. Los Liberales con 18 curules y la sorpresa mayor la ha dado el Partido de Integración Nacional, PIN, que ganó 8 escaños. Movimiento cuestionado por sus nexos o participación directa en el paramilitarismo. La mayoría de los miembros de este movimiento han sido cuestionados e incluso algunos de ellos judicializados por paramilitarismo. Sin embargo, el veedor ético del PIN, señala que los candidatos de su partido sólo han sido estigmatizados.

La Iglesia nos enseña que los dirigentes políticos tienen la grave responsabilidad de buscar el BIEN COMÚN de todas las personas y por supuesto, en la verdad. Es curioso que el pueblo respalde a un partido o personas que han tenido una connotada actuación en la violencia y la muerte. Es curioso que se respalde una política económica y de seguridad, que basada en la violencia, ha provocado tanto sufrimiento.

Nosotros Iglesia, y en particular Vida Religiosa, seguimos acompañando el caminar de este pueblo que va al encuentro de la dignidad que Dios que nos regala, en los barrios, con las mujeres, con niños y niñas, con prostitutas, delincuentes, en escuelas o universidades y otros muchos servicios en que expresamos el cariño a hermanas-os que son excluidos. Con nuestra oración y silencio también acompañamos este caminar, incluso a pesar de algunos dirigentes corruptos.

No perdemos la esperanza de alcanzar una Patria incluyente, en donde no sobre nadie y que tengamos una mesa gigante, libre y para todos, como un solo pueblo.



Por: Comisión de Justicia Solidaridad y Paz, CRC
foto tomada de: http://www.radiosantafe.com/2010/01/19/designan-jurados-para-votaciones-al-congreso/

8 mar 2010



Las elecciones a la Cámara y al Senado se desarrollaron ayer domingo 14 en una visible tranquilidad, sin alteraciones, ni confrontaciones que requirieran la intervención de la fuerza pública.
 

El Observador de la OEA, Señor Enrique Correa, denunció la compra de votos en algunas mesas de votación. Fuera de esto y un par de petardos desactivados, todo en orden y tranquilidad.

Los partidos ganadores que representarán a los colombianos en el Senado y la Cámara son los de la U y Conservadores, con un total de 51 delegados, que respalda la actual política de seguridad democrática del saliente Presidente Uribe. Los Liberales con 18 curules y la sorpresa mayor la ha dado el Partido de Integración Nacional, PIN, que ganó 8 escaños. Movimiento cuestionado por sus nexos o participación directa en el paramilitarismo. La mayoría de los miembros de este movimiento han sido cuestionados e incluso algunos de ellos judicializados por paramilitarismo. Sin embargo, el veedor ético del PIN, señala que los candidatos de su partido sólo han sido estigmatizados.

La Iglesia nos enseña que los dirigentes políticos tienen la grave responsabilidad de buscar el BIEN COMÚN de todas las personas y por supuesto, en la verdad. Es curioso que el pueblo respalde a un partido o personas que han tenido una connotada actuación en la violencia y la muerte. Es curioso que se respalde una política económica y de seguridad, que basada en la violencia, ha provocado tanto sufrimiento.

Nosotros Iglesia, y en particular Vida Religiosa, seguimos acompañando el caminar de este pueblo que va al encuentro de la dignidad que Dios que nos regala, en los barrios, con las mujeres, con niños y niñas, con prostitutas, delincuentes, en escuelas o universidades y otros muchos servicios en que expresamos el cariño a hermanas-os que son excluidos. Con nuestra oración y silencio también acompañamos este caminar, incluso a pesar de algunos dirigentes corruptos.

No perdemos la esperanza de alcanzar una Patria incluyente, en donde no sobre nadie y que tengamos una mesa gigante, libre y para todos, como un solo pueblo.

Por: Comisión de Justicia Solidaridad y Paz, CRC 


2 mar 2010

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
8 de marzo del 2010


El mensaje de las Naciones Unidas con motivo del 8 de marzo de este año gira en torno a:
«Igualdad de derechos- Igualdad de oportunidades-Progreso para todos»

Y entre otras cosas dice: “La igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer son aspectos cruciales de la misión universal de las Naciones Unidas de lograr la igualdad de derechos y el reconocimiento de la dignidad de todos los seres humanos.

La igualdad de las mujeres y las niñas constituye también un imperativo económico y social. Hasta que no se logre liberar a las mujeres y las niñas de la pobreza y la injusticia, todos nuestros objetivos —la paz, la seguridad, el desarrollo sostenible— correrán peligro”.

Sin duda, todos los gobiernos del mundo, incluido el nuestro, comulga y defiende el contenido de este mensaje. ¡Cómo no!. Pero, ¿qué nos diría Patricia, la mamá de Javier si leyera o escuchara ésto?

Es viernes, penúltimo día del pasado mes de febrero. Acude a la casa de las Religiosas del barrio junto con su hijo metido en la droga. Hermanas: quiero salir de esto -dice Javier-, búsquenme un internado… Es noble e inteligente pero el bazuco puede con él. Patricia lucha porque se libere de ese flagelo y le apoya totalmente en sus deseos de cambio. Continúa la conversación:

- Vivimos de vender bolsas de basura
- Y, ¿cuánto sacan al día?
- A veces $2.000, o $3.000 o $5.000…, a veces nada…
- Pero, Hermanas, somos felices…

¿Igualdad de Derechos? ¿Igualdad de oportunidades? ¿Desarrollo para todos?

Recibí un correo cuyo remitente (empresa comercial de Internet) sonaba a consumo y con contenido superfluo, pero me llamó la atención el texto que utilizó para felicitar a la mujer en su día: “ …. Les desea un feliz día a todas las mujeres, símbolo de Vida, Amor y Belleza, fuerza creadora que da continuidad a la Humanidad”

Es el lunes, primer día de marzo. Acuden de nuevo por la noche la madre y el hijo, porque hay esperanzas de un lugar de acogida y de acompañamiento para Javier. Patricia llora copiosamente de emoción. A ella le podemos decir ¡Feliz día, mujer! Porque sigues luchando por la vida, porque sigues teniendo capacidad de gozar y de emocionarte ante los pequeños triunfos conseguidos, ante los nuevos brotes de vida acariciados…, porque no eres solo un símbolo de Vida, sino que eres realmente generadora de Vida y fuerza creadora que da continuidad a la Humanidad Nueva…


Por: Hermana Pilar Alonso CCV
Comisión de Justicia, Solidaridad y Paz.

22 feb 2010

BOCAS DE SATINGA


La Diócesis de Tumaco nos hace llegar un comunicado triste. El territorio que tiene para evangelizar ha sido invadido por la guerra: el 10 de octubre 2009 se enfrentan las FARC y la Infantería de Marina en Pueblo Nuevo. El resultado neto: 8 comunidades de afros e indígenas tienen que abandonar sus ranchos durante dos meses para salvar su vida. El 31 de enero del 2010, indígenas Eperara Siapidara de Tortula, Casa Grande y Robles, celebran su asamblea. Cuatro guerrilleros de las FARC irrumpen en medio de la reunión y arengan a los nativos. Veinte minutos más tarde llegan los Infantes de Marina en persecución de los insurgentes y ponen en peligro al grupo con sus disparos. El resultado neto: 300 indígenas huyen hacia Bocas de Satinga.

El contexto de la guerra es todavía más significativo: no hay ni la liberación engañosa de las FARC, ni la defensa cacareada de la Fuerza Pública. Lo que hay en el municipio de Olaya Herrera, cuya cabecera municipal son las Bocas de Satinga, al decir de la Diócesis son: “asesinatos, masacres, intimidación, extorsión, desplazamientos, fumigaciones indiscriminadas y control territorial por parte de diferentes actores armados, muchas veces vinculados a la economía ilícita”. La Diócesis no hace una denuncia retórica, sino que la acompaña con una lista oprobiosa de 24 asesinados en los 10 meses que van de Abril 2009 a Febrero 2010. Entre los muertos se cuentan cuatro menores de edad, uno de los cuales es una niña de tres años, descuartizada a machete junto con sus padres.

Este lamento de las víctimas de una sociedad sin sentido refuta la propaganda falaz de que Colombia es pasión vital. No: es la pasión mortal de multitudes que encierran un dolor profundo, padecen un terror invencible y sufren una tortura continuada. Al dolor y al terror se suma el rencor. Muchos miembros de esa multitud errante son colombianos que cultivaban el campo. Su vínculo con la tierra los convirtió en objetivo militar, en botín de guerra, o en simples víctimas de un conflicto social armado que las despoja de sus bienes, de su dignidad y con demasiada frecuencia de su vida. Esa lucha armada por la tierra se extiende ahora a las ciudades: ya empiezan las autoridades citadinas a preocuparse por la reaparición de la criminalidad común en las calles metropolitanas. Bocas de Satinga vomita sobre Tumaco y Pasto. Es la evolución natural de un conflicto armado campesino mal resuelto, en el que la fuerza no ha hecho más que impulsar a los despojados de la tierra en dirección a los suburbios, como prueba de que la fuerza no resuelve nada, porque esas relaciones violentas se reproducen en las urbes con la misma virulencia que traen de sus veredas.

El actual Gobierno, en vista del recrudecimiento de la violencia urbana, apela a los jóvenes con una fórmula envenenada. No cabe la menor duda de que el remedio al conflicto social armado es la solidaridad ciudadana. Tampoco hay que dudar de que el éxito de cualquier gobernante proviene de su capacidad de convocar a toda la población. Y es una verdad de a puño que la sanción social, elemento fundante de la convivencia, conlleva la denuncia de las violaciones del orden legal concertado por una sociedad. En eso consiste el sistema de derechos que sostiene el ordenamiento jurídico. Esa es la legalidad, con su sustrato moral.

Pero la delación pagada no pertenece a esas categorías. La recompensa por la denuncia es la semilla del falso testimonio. Y el hecho de que el régimen imperante la proponga insistentemente como remedio a su ineptitud para construir un aparato investigativo eficiente y eficaz es muy mala señal: revela la mentalidad mercantil detrás del ejercicio político, origen del clientelismo. Es además un recurso peligroso porque ya sabemos, de primera mano, a donde nos ha conducido el clientelismo desbocado de la política colombiana: al pacto con el narcotráfico. Eso es lo que la Diócesis de Tumaco está descubriendo hoy, en su propio pellejo, pero que es ya una realidad histórica. Y lo que más preocupa es ver cómo no han servido de nada los mártires de esa cruzada antimafia que simbolizaron Luis Carlos Galán, Rodrigo Lara, Guillermo Cano y todos los demás que colocaron la señal de peligro en la carretera de la complacencia capitalista con el enriquecimiento rápido.

La Diócesis de Tumaco hace las apelaciones de rigor, las que otros muchos han hecho pero que hasta hoy no han logrado nada, porque ninguno de los aludidos quiere resolver el problema del narcotráfico. Tanta sordera no puede menos de llevarlo a uno a pensar que los beneficios de no tocar la llaga deben ser muy grandes para que ni las organizaciones internacionales lo sugieran, ni los estados existentes pongan por obra limitar la posibilidad de enriquecerse de repente. En nuestro bello país, lo mismo que en el mundo de hoy ni los banqueros ni los narcotraficantes tienen, por el momento, nada que temer.

Alejandro Angulo Novoa, S. J.

VER COMUNICADO DIOCESIS  http://justypazcrc.blogspot.com/p/comunicado-publico-satinga.html

8 feb 2010







LOS ENFERMOS NECESITAN MEDICOS, NO POLÍTICOS

Por Jorge Merchán Price*
Uribe vs. La Academia, lo que no se vio

Los duros cuestionamientos de un selecto grupo de académicos en la Universidad Jorge Tadeo Lozano y las respuestas del presidente Álvaro Uribe. Semana.com comparte los videos del interesante debate.

Sin lugar a dudas, el decreto 131 de 2010 ha desatado una gran polémica dentro del gremio médico. Y no es sorprendente que así sea puesto que atenta directamente contra el fin último de la medicina que, como lo decía ya en su tiempo el mismo Aristóteles, es uno solo: la salud.

Leer más
http://www.semana.com/noticias-opinion-on-line/enfermos-necesitan-medicos-no-politicos/134602.aspx

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